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Diseños Arquitectónicos

Uno de los aspectos centrales de las técnicas de bioconstrucción es la orientación que debe otorgársele a las edificaciones para aprovechar la energía del sol y evitar sus excesos, teniendo en cuenta que el sol es la fuente de energía más importante del Planeta Tierra.

El aprovechamiento máximo del sol implica una orientación hacia el sur, que optimiza la entrada de radiación solar en invierno, cuando el sol está bajo, y la impide en verano, momento en el cual sobra la energía solar. Una casa con grandes ventanales orientados hacia el sur y pocas ventanas hacia el norte, utiliza alrededor de un 30% menos de energía que un edificio que no está orientado de esa manera.

Al respecto, una de las reglas de la bioconstrucción indica que las ventanas deberían ocupar al menos el 20% de la cara sur del edificio pero a su vez no superar el 60%, evitando de esta manera que las pérdidas de calor a través de los cristales superen a lo aportado por los rayos solares. En la cara norte de la casa, mientras tanto, las ventanas no deberían ocupar una superficie mayor al 10% de la fachada.

Como conclusión, vale remarcar que una buena orientación no solamente nos permitirá ahorrar energía en calefacción y ventiladores (o sea, en gas y en energía eléctrica) sino que además nos facilitará la posibilidad de disfrutar el hermoso escenario y la paz interna que provoca la luz natural inundando un ambiente.